Por. Guillermo Camacho-Cabrera

Las rutas son circulares y se distinguen por números. Esta es la C-15, con destino a Chapinero-Parque de Lourdes. (Foto: Guillermo Camacho-Cabrera)
Tuve este viernes 15 de febrero de 2013 la necesidad y la oportunidad de subirme a un bus azul del naciente SITP de Bogotá.
La extraordinaria experiencia me recordó los primeros días de operación del sistema TransMilenio.
Obtener la Tarjeta Tu Llave que permite usar los buses demandó paciencia y espera hasta que el Sistema envió una unidad móvil a la localidad donde resido e hizo el convenio y puso en marcha un punto de atención a usuarios para que más personas de las que lo hicimos aquel domingo, pudieran acceder a ella.
Tuve que dirigirme en Hora Valle o de baja demanda, a una localidad vecina y tenía resistencia a hacer el viaje por no subirme a una buseta de transporte público tradicional, con sus frenadas frecuentes, velocidades excesivas e incomodidad.
Tomé la buseta del SITP (Sistema Integrado de Transporte Público), en uno de los puntos de parada, frente al sitio donde el Sistema puso el punto de expedición de tarjetas.
En el punto de parada hay una señal de tránsito informativa, de color azul con blanco, con los números y principales paradas de las rutas. Esperé menos tiempo del que creí levanté el brazo y la buseta se detuvo, abrió sus puertas e ingresé.

En algunas localidades de Bogotá el Sistema dispone Unidades Móviles para la expedición gratuita de Tarjetas Tu Llave. (Foto: Guillermo Camacho-Cabrera).
Enterarse de las rutas y las paradas sí es una odisea. Nadie informa claramente acerca de las mismas. Los volantes que distribuye el Sistema son poco explícitos y entendibles para la comunidad y quienes los distribuyen tampoco tienen idea de dónde se detienen las busetas. Lo remiten a uno a Internet donde los mapas no corresponden a la realidad y tampoco ubican los puntos de parada. Personalmente consulté la página Web del SITP y no logré entender mapas ni puntos de parada.
Luego de ingresar, y antes de cruzar la registradora, puse la Tarjeta Tu Llave sobre el lector que indicó la tarifa que descuenta ($1.400 pesos colombianos, cerca de ¢80 de dólar estadounidense), y el saldo de la tarjeta para futuros usos.
Pasé la registradora de tres brazos sin mucho esfuerzo y me senté en la silla de la primera fila. Después me di cuenta que era de color azul y reservada para personas con movilidad reducida. La siguiente vez me sentaré en una silla diferente.
Junto conmigo iban dos pasajeros más. Pregunté al conductor si estaba autorizado a llevar pasajeros de pie y me dijo que claro «esto es un TransMilenio pequeño», dijo no sé si con orgullo o con el ánimo de que me resignara.
El mismo lector de la Tarjeta marca la hora. Por él supe que mi recorrido duró 25 minutos, que fue un excelente tiempo.
Hice la gestión que debía hacer en el Centro Comercial Plaza de Las Américas y me dirigí al sitio donde intuía podría tomar la buseta del SITP de vuelta.
Al igual que en el recorrido de venida, no esperé más de dos minutos y la buseta pasó. Nuevamente levanté el brazo y antes de mí se subieron dos ancianas, con el cuerpo pesado, tranquilas y confiadas de que el conductor esperaría a que subieran. Cada una puso su tarjeta en el lector, cruzaron la registradora y se sentaron en las sillas de la primera fila, azules, que estaban libres.
A una de ellas, mayor de 65 años, el lector le indicó la tarifa de $1250 pesos colombianos, unos ¢70 de dólar estadounidense, especial para esta población.
Me senté en el único asiento disponible en la primera fila. Los asientos no son muy cómodos y tienden a ser estrechos para personas de estatura mayor a 1,70 metros. Las busetas no son nuevas y se notan modificadas y adaptadas. Espera uno que las condiciones mecánicas sean excelentes.
Cuando pasé mi tarjeta por el lector me sorprendí y a la vez entendí aquello de la tarifa integrada: no me descontó dinero en mi segundo recorrido de vuelta. Es decir, como mi diligencia demoró más o menos una hora y 15 minutos, tomé la buseta de regreso antes de un tiempo determinado (que supongo de tres horas), y por la misma tarifa fui y regresé en mis dos viajes (ida y vuelta). En total pagué $1.400 pesos colombianos (¢80 de dólar estadounidense), donde en transporte tradicional hubiera pagado $2.900 pesos colombianos, unos USD$1,62 dólares estadounidenses.
Tal vez fue una de las cosas que más me sorprendió y me gustó. Con estas innovaciones uno entiende las incompatibilidades entre esta nueva Tarjeta Tu Llave y las tarjetas que usa el Sistema TransMilenio, y porqué aún no han logrado la integración de ambas.
También es comprensible por qué aún la pedagogía y la difusión no son masivas; el Sistema quiere evitar experiencias como la de Santiago de Chile que saturó y prácticamente reventó a TransSantiago por generar una demanda superior a la capacidad inicial del Sistema.
El SITP de Bogotá en esta fase aún tiene muchas cosas que mejorar, las cuales abordaremos más adelante. Hacer la transición de un sistema tradicional a un Sistema controlado no es fácil ni sencillo. La esperanza está puesta en que los contratos de concesión a 23 años que dieron a las compañías transportadoras no echen a perder el buen servicio que hay hoy, cuando no más del 15% del sistema está funcionando.
Amigo, esto era al principio… hoy en día es un caos. Frecuencia de hasta 40 minutos y 1 hora entre buses, conductores que no se detienen en los paraderos señalados (así tengan cupo disponible), conductores groseros, mala atención en la linea de quejas 018000115510, algunos buses en mal estado mecánico (porque bonitos se han quedado) y muchas otras anomalías mas ….
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