Caminos hacia una nueva realidad en las vías

Arco iris y cambios. Las nuevas realidades van apareciendo en el camino (Foto: Guillermo Camacho-Cabrera)

Arco iris y cambios. Las nuevas realidades van apareciendo en el camino, motivadas, incluidas, inspiradas (Foto: Guillermo Camacho-Cabrera)

Los países incluyen programas y proyectos dentro de su planeación, que tiendan a beneficiar a sus ciudadanos y habitantes. Para ello hay una coordinación relativamente eficiente entre los órganos legislativos, los ejecutivos y los judiciales. Tal vez la mejor definición de gobernante es aquella que habla de él o ella como quien busca la mejora y el bienestar de sus gobernados; sin embargo fenómenos como la corrupción, la primacía del bien particular sobre el público y las diferentes visiones de país entre diversas fuerzas políticas, hacen que no siempre estos propósitos se cumplan.

Para las organizaciones de carácter mundial como la ONU* y sus diferentes organismos como el UNICEF, la OMS, el UNFPA, entre otros, la necesidad es promover, promulgar y consolidar propuestas de mejoramiento de la vida, propuestas alrededor de los derechos humanos, la no discriminación, la no violencia, el diálogo y la comunicación. Todo ello ahondando en la justicia social, la equidad y la inclusión social.

Bajo este contexto, la seguridad vial juega un papel fundamental que la sociedad aún no ha entendido por la superficialidad con que se trata el tema, por la poca difusión a nivel del público que tiene, por los estereotipos que se manejan, por la poca receptividad que hay al cambio en las costumbres, hábitos y quehaceres en la calle y en las vías.

Los Estados, con su magnificencia y postura son, sin embargo, insuficientes para incidir al cien por ciento y de forma positiva en las problemáticas sociales, económicas, políticas, ambientales. Muchas veces se quedan cortos frente a las grandes necesidades y requerimientos de los países, sus habitantes y los intereses de diferentes grupos de incidencia como los económicos, políticos y también sociales.

Un tema como el de la seguridad vial requiere de la participación de todos y todas. Desde el más humilde habitante hasta la entidad más encumbrada tienen un papel protagónico. Solamente será posible un cambio en la situación de seguridad vial aludiendo a ese protagonismo de los ciudadanos, de las instituciones y de los grupos organizados.

Cada quien debe poner de su parte, hacer su tarea y preocuparse por su bienestar y el de los demás. La vía es una invitación permanente a la convivencia, que muchos rechazan por diversos factores: mala educación, afán, poca capacidad de empatía, supremacía del más fuerte.

Solo los países que son capaces de mirarse a sí mismos, de cuestionarse y de formar ciudadanía para la vida, son capaces de proteger a sus ciudadanos en las calles en un ejercicio común con todos los habitantes. Si no hay atacantes o agresores viales, la protección se articula con el bienestar, el respeto, la calidez en el trato entre quienes transitan por las vías.

De ahí la importancia de los Planes Nacionales de Seguridad Vial y la coherencia con la que son formulados. Son los derroteros, la bolsa donde todos ponen, el aglutinante y el pegamento de las acciones en seguridad vial que pretenden poner a las naciones al otro lado: del lado de las que respetan y protegen la vida.

Los nuevos caminos se construyen en nuestros países, en los continentes y en la esfera de lo personal.

Son caminos que van a asegurar en el futuro una nueva realidad en las vías, donde el disfrute de la movilidad y el disfrute de la convivencia son la visión que inspira.

*ONU: Organización de las Naciones Unidas. UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. OMS: Organizacón Mundial de la Salud. UNFPA: Fondo de Población de las Naciones Unidas.

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