“Y hago mil piruetas por llamar tu atención
Y del ruido, los vecinos y tus padres
ya no pueden vivir”
Grupo Menudo (1981)
Por: Guillermo Camacho Cabrera, MSc
Todos los días se ven en Bogotá motociclistas circulando por los andenes de la ciudad; es decir, por espacios reservados para los peatones.
Algunas estadísticas
Diariamente hay decenas de motociclistas lesionados por siniestros viales y cada día se registran fatalidades de motociclistas por esta causa. Entre 2019 y 2022 las muertes de motociclistas por siniestros viales aumentaron 11 % (Anuario de siniestralidad vial de Bogotá, 2022) y entre 2022 y 2023 el incremento fue de 11,5 % (Diario El Espectador, 25 de febrero de 2024, pág. 29).
De las 1,3 millones de órdenes de comparendo impuestas en la ciudad en 2023, 481.000 se hicieron a motociclistas, es decir 37 % (Secretaría Distrital de Movilidad).
La siniestralidad vial
La motocicleta es un vehículo de transporte urbano usado por cientos de miles de personas y familias. La venta de estos vehículos con facilidades de pago y nula verificación de las condiciones de quienes las van a conducir son factores que aumentan la exposición de sus conductores a los riesgos viales.
La conducción de motocicletas a altas velocidades, la poca pericia de quienes conducen y las interacciones negativas entre conductores de vehículos pesados, automóviles, ciclistas, peatones y motos alimentan un coctel de riesgos que requiere ser intervenido. Es un coctel explosivo que puede detonar en cualquier momento. Y lo hace cada vez que se presenta un siniestro vial con motocicletas involucradas.
Cabeza fría
Los tomadores de decisiones en materia de movilidad al igual que los legisladores de la ciudad desde el Concejo requieren cabeza fría y análisis concienzudos que lleven a feliz término la meta del Plan Distrital de Seguridad Vial 2023-2032 de reducir a 50 % el número de víctimas fatales por siniestros viales en Bogotá.
En 2023 el número de personas muertas en siniestros viales en Bogotá ascendió a 621 personas. Si el Plan Distrital de Seguridad Vial cuenta con la convergencia de todos, las personas fallecidas por siniestros viales en 2032 sumarán máximo 310 en lugar del doble como sucede hoy.
Concejales
Las pasadas elecciones de candidatos al Concejo de Bogotá llegaron con una grata sorpresa y una gran oportunidad para las usuarias y los usuarios de motocicletas en la ciudad.
Julián Forero Castelblanco, más conocido como Fuchi, es líder del Moto Club Street Brothers. Sus integrantes se definen como constructores de un estilo de vida. Julián ganó las pasadas elecciones al Concejo de Bogotá con más de 70.000 personas que depositaron su voto y su confianza en él y en su gestión. Fue tal el número de votos que logró que su segundo renglón en la lista Ángelo Schiavenato Rivadeneira, fuera elegido también.
Al Honorable Concejal Julián Forero lo conozco como un hombre solidario, amigo de las causas sociales, con un ascendente especial en algunos grupos de moteros de Bogotá y con un especial carisma para convocar alrededor de temas que afectan a usuarias y usuarios de motocicleta.
Del Honorable Concejal Ángelo Schiavenato Rivadeneira, previa su elección, no tuve ninguna referencia. Solo hasta que fue elegido me enteré de sus capacidades académicas y su formación profesional.
Pésimo ejemplo
La última semana de febrero y primera del mes de marzo del presente año, los dos Honorables Concejales moteros protagonizaron un acto que luego reivindicaron como político al encender y transitar en una motocicleta por los pasillos del tercer piso del edificio del Honorable Concejo de Bogotá alrededor del patio, transgrediendo varias normas de tránsito y dando un pésimo ejemplo de conducción de motocicleta en la ciudad. La moto quedó, al final, en la oficina de uno de los Honorables Concejales, de acuerdo con la fotografía publicada por uno de ellos.
Las transgresiones
En su artículo 94, el Código de Tránsito de Colombia (Ley 769 de 2002) prohíbe la circulación de motocicletas por zonas peatonales: “No deben transitar sobre las aceras, lugares destinados al tránsito de peatones y por aquellas vías en donde las autoridades competentes lo prohíban. Deben conducir en las vías públicas permitidas o, donde existan, en aquellas especialmente diseñadas para ello”.
El mismo artículo determina que: “Los conductores y los acompañantes, cuando hubiere, deberán utilizar casco de seguridad, de acuerdo como fije el Ministerio de Transporte. La no utilización del casco de seguridad cuando corresponda dará lugar a la inmovilización del vehículo”.
El artículo 104 Código de Tránsito de Colombia, dice (las negrillas son mías). “Se prohíbe el uso de sirenas en vehículos particulares; el uso de cornetas en el perímetro urbano; el uso e instalación, en cualquier vehículo destinado a la circulación en vías públicas, de toda clase de dispositivos o accesorios diseñados para producir ruido, tales como válvulas, resonadores y pitos adaptados a los sistemas de bajo y de frenos de aire; el uso de resonadores en el escape de gases de cualquier fuente móvil y la circulación de vehículos que no cuenten con sistema de silenciador en correcto estado de funcionamiento”.
Los necesitamos
Poco favor le hacen los Honorables Concejales Forero y Schiavenato a la construcción de una cultura vial que promueva la vida si en sus actos públicos y privados transgreden las leyes (ellos que pertenecen al órgano legislativo distrital) y no se ofrecen como ejemplo a los más de 70.000 conductoras y conductores de motocicleta que los eligieron en Bogotá y a la ciudadanía en general, incluidas las niñas, los niños y los adolescentes.
Esperamos como ciudadanos que la gestión de los dos concejales moteros en adelante sea impecable en favor de la movilidad sostenible, las usuarias y usuarios de motocicleta y en favor de la seguridad vial.
