
Ingeniero César Criollo (QEPD).
Esta madrugada desperté con la vaga idea de que todo hubiera sido una forma de decir «pásela por inocentes», pues ayer 28 de diciembre se conmemoró en el mundo católico el Día de los Santos Inocentes, recordando para la posteridad la matanza de niños menores de 2 años que ordenó Herodes hace más de dos mil para asesinar a Jesús de Nazareth recien nacido.
Sin embargo, la noticia fue tan seria que su veracidad no estaba en duda:
El Ingeniero César Criollo fue asesinado este 28 de diciembre en el tolimense municipio de Flandes, 135 Km. al suroeste de Bogotá cuando viajaba en su bicicleta. El aparente móvil fue el robo a mano armada de esta. El verdadero fue la intención de matar que tenía quien lo asesinó, no solo al Ingeniero César Criollo sino a quien se atravesara en su camino. No de otra forma puede explicarse uno el crimen.
El Ingeniero César Criollo estudió en Alemania, era políglota y un excelente técnico en el área de seguridad vial. Era biciusuario consagrado y consumado, con ideas de vanguardia frente a la relación del los usuarios de bicicleta con el Sistema Integrado de Transporte Público SITP y preocupado por el bienestar y seguridad de ciclistas y biciusuarios en el sistema de movilidad de Bogotá.
Participó como líder de equipo en la consolidación del Mapa de la Red de Ciclorrutas de Bogotá y en la preparación de Manual de la Bici, un verdadero hito en Bogotá y Colombia con relación a a promoción de la bicicleta como medio de transporte sostenible.
Su sencillez como persona y sus conocimientos en temas de seguridad vial y de la bicicleta como medio de transporte, hicieron de él una persona querida y respetada al interior de los grupos de ciclousuarios y entre quienes lo conocimos en la Secretaría Distrital de Movilidad.
Su memoria será perenne entre sus conocidos y su visión hecha realidad más pronto que tarde de un ciclousuario integrado al sistema de transporte será el mejor homenaje que pueda tener su hermoso y bello Espíritu, que nos acompañó hasta ayer con su presencia física en este mundo.
El Ingeniero César Criollo vivió con la paz en su mirada y en su sonrisa. Murió con la inocencia del niño el Día de los Santos Inocentes en su querida y amada Colombia, a la que recorría en bicicleta con fuerza y equilibrio, dos palabras que le definieron en su vida y que le definen hoy en la memoria que nos deja.
Paz para él y paz para nosotros, amén.