«Las motocicletas son vistas en muchos casos como el patito feo de las ciudades; sin embargo, en Colombia su crecimiento ha hecho que llamen la atención de la academia, las organizaciones internacionales dedicadas a la seguridad vial y de algunos gobiernos municipales. Su uso como vehículos de transporte urbano debe ser asumido por todos, así como los problemas asociados a su rápido crecimiento». (Publicado en Revista Enfoque).
Escuche: la moto en Colombia
Programa La Banca del Parque, con Marisol Garzón Forero (27 minutos)
Acciones de cultura vial realizadas por la Universidad Técnica de Ambato, la Policía Nacional y la Unión Provincial de Sindicatos de Choferes Profesionales de Tungurahua, en un proyecto de vinculación con la sociedad (diciembre – 2019). Foto: cortesía de Byron Naranjo.
Por: Byron O. Naranjo Gamboa 16/05/2021 Desde Ambato – Ecuador
A través de campañas en medios de comunicación en las que se promueva la movilidad activa, el respeto a las personas de los grupos prioritarios y a los ciclistas; y con la implementación de contenidos curriculares para que las instituciones educativas públicas, fiscomisionales y particulares dicten obligatoriamente la asignatura de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial, a partir del primer año de educación inicial hasta el tercer año de bachillerato; la Ley Orgánica de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial, endilga al Estado el reconocimiento de los derechos de las personas a ser educadas y capacitadas en materia de tránsito y seguridad vial, en su propia lengua y ámbito cultural.
Ese es el legado de la Asamblea Nacional, que culminó sus funciones esta semana, y que se tomó tres años para incorporar reformas que están relacionadas con la movilidad sostenible; planificación, control y tecnología, capacitación a funcionarios de tránsito, seguridad vial, y la que particularmente nos identifica que es la educación vial. Los cambios fueron aprobados en segundo debate el pasado 30 de abril; ahora se espera el visto bueno o veto por parte del Ejecutivo, que también está a punto de culminar su mandato el próximo 24 de mayo.
«La capacidad de ver al otro en las vías y de apreciarlo como un otro legítimo de cuidado y de protección es una premisa de seguridad vial. Pasar del egocentrismo de algunos conductores de vehículos motorizados a prácticas más tolerantes de la presencia de los otros, salva vidas. La Ley Pro-Bici en Colombia establece una distancia de adelantamiento a ciclistas no menor de 1,50 metros que pone a prueba las capacidades que tienen los conductores de identificar y respetar los límites y el espacio personal de los ciclistas» (Publicado en Revista Enfoque).
Escuche en ‘La banca del parque’: el metro y medio