La conciencia sobre la necesidad de cultivar una cultura vial para la vida en caminos, comunidades y ciudades es relativamente reciente en la historia de la movilidad y del transporte.
Un rastreo e Internet realizado hace un par de años me indicó que el término cultura vial comenzó a aparecer en publicaciones oficiales de Colombia apenas en el año 2008 en alguna cartilla territorial que trabajaba el tema de la seguridad vial.
No sucede así con las muertes de ciclistas en las carreteras y vías de Colombia, que son un problema de décadas, sin solución.
Acciones de cultura vial realizadas por la Universidad Técnica de Ambato, la Policía Nacional y la Unión Provincial de Sindicatos de Choferes Profesionales de Tungurahua, en un proyecto de vinculación con la sociedad (diciembre – 2019). Foto: cortesía de Byron Naranjo.
Por: Byron O. Naranjo Gamboa 16/05/2021 Desde Ambato – Ecuador
A través de campañas en medios de comunicación en las que se promueva la movilidad activa, el respeto a las personas de los grupos prioritarios y a los ciclistas; y con la implementación de contenidos curriculares para que las instituciones educativas públicas, fiscomisionales y particulares dicten obligatoriamente la asignatura de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial, a partir del primer año de educación inicial hasta el tercer año de bachillerato; la Ley Orgánica de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial, endilga al Estado el reconocimiento de los derechos de las personas a ser educadas y capacitadas en materia de tránsito y seguridad vial, en su propia lengua y ámbito cultural.
Ese es el legado de la Asamblea Nacional, que culminó sus funciones esta semana, y que se tomó tres años para incorporar reformas que están relacionadas con la movilidad sostenible; planificación, control y tecnología, capacitación a funcionarios de tránsito, seguridad vial, y la que particularmente nos identifica que es la educación vial. Los cambios fueron aprobados en segundo debate el pasado 30 de abril; ahora se espera el visto bueno o veto por parte del Ejecutivo, que también está a punto de culminar su mandato el próximo 24 de mayo.
«La capacidad de ver al otro en las vías y de apreciarlo como un otro legítimo de cuidado y de protección es una premisa de seguridad vial. Pasar del egocentrismo de algunos conductores de vehículos motorizados a prácticas más tolerantes de la presencia de los otros, salva vidas. La Ley Pro-Bici en Colombia establece una distancia de adelantamiento a ciclistas no menor de 1,50 metros que pone a prueba las capacidades que tienen los conductores de identificar y respetar los límites y el espacio personal de los ciclistas» (Publicado en Revista Enfoque).
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